Consejos a los Miembros

Las cosas contenidas en los Consejos a los Miembros están allí para ayudar a protegernos del enemigo de nuestras almas y dirigirnos a vivir una vida consagrada. El mensaje general o el espíritu del Consejo a los Miembros nos señala de nuevo a la santidad bíblica. Hebreos 12:14 nos dice: Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. La santidad es necesaria para quien espera obtener una corona de vida y el final de la jornada de la vida. No sólo somos llamados a una vida de santidad, sino que también somos instruidos a ser irreprensibles. El amado apóstol Pablo nos enseñó que debemos ser sin reprensión ante la aparición de Cristo.El cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis sin falta en el día de nuestro Señor Jesucristo (1 Corintios 1:8). El apóstol Pedro confirmó lo mismo cuando dijo: Por lo cual, oh amados, estando en esperanza de estas cosas, procurad con diligencia que seáis hallados de Él sin mácula, y sin reprensión, en paz(2 Pedro 3:14). Jesús dijo: Entrad por la puerta estrecha: porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan (Mateo 7:13, 14).

Los Consejos a los Miembros son parte del cerco que nos protege y nos impide vagar fuera del camino angosto hacia la puerta estrecha. Cada hijo de Dios debe proponer en su corazón caminar por el camino angosto de la santidad, alejándose de las espinas y cardos del mundo que nos dañan, haciéndonos débiles e incapaces de continuar nuestra jornada al Cielo.

Los Consejos a los Miembros

Como un miembro, contamos con usted y esperamos que asista a cada servicio regular lo más que pueda. Recuerde que nadie puede ocupar su lugar en el servicio el cual se verá impedido sin su presencia.

Muestre amor y hermandad a todos sin parcialidad. 

No espere que otros le saluden; vaya usted y salúdelos. 

Muestre cortesía especial a los desconocidos que puede que asistan a uno de sus servicios.

Por lo general, tome parte en el servicio de canto.

Esté listo para orar en voz alta cuando se le llame o sea impulsado por el Espíritu.

Esté listo para testificar cuando se le solicite.

Respalde a su pastor o al líder que ha sido nombrado y ayúdele en todo lo que pueda. 

Ore siempre en silencio por el predicador mientras expone el mensaje. 

Viva siempre una vida consagrada en su hogar y fuera de su hogar para que nadie pueda pensar o vaya a decir que usted es un hipócrita. 

Vigile su conversación. Tenga cuidado con lo que dice acerca de un hermano, hermana o cualquier otra persona.

No critique ni trate de hallar faltas en otros para criticar.

Examínese a sí mismo ocasionalmente y mire a ver si usted está en la fe.

No se rinda ante el desaliento o abatimiento. 

Sea jovial y feliz y trate de hacer que otros también lo sean.

Emplee todo el tiempo que pueda en la oración en secreta. 

Dedíquese lo más que pueda a la oración intercesora. La oración y el estudio de la Palabra de Dios diariamente son muy necesarios e importantes para el bienestar espiritual de cada hijo de Dios; por lo tanto, de ser posible se le insta a todos a conducir fielmente el culto familiar en sus hogares por lo menos una vez al día.

Su vestimenta deberá ser con moderación, pulcra y limpia, pero no como para dar una exhibición. La moderación incluye el pagar precios moderados por la ropa; usar los vestidos con cuellos altos, suficientemente largos y con mangas de un largo razonable. El uso de telas extremadamente finas, es algo impropio de un hijo de Dios y jamás debería practicar el uso de pantalones cortos en público. No debería usar oro como ornamento o adorno. El uso de sortijas, brazaletes, pantallas, collares, medallones y prendedores grandes y lujosos- también  estas cosas son impropias en un hijo de Dios. El colorete, lápiz labial, esmalte para las uñas y los perfumes costosos son usados para satisfacer el orgullo y amor propio desmedidos de la vida; es por eso que no deberán tener lugar en las vidas de aquellos que aman a Dios. Tenga la bondad de leer y estudiar a menudo estas escrituras:1 Pedro 3: 3,4; 1 Timoteo 2:9, 10, y 1 Juan 2:15-17.

No debería permitir ser atrapado por las atracciones mundanas. La Biblia dice: “Ni deis lugar al diablo.” Divertirse con los entretenimientos mundanos tales como los juegos de pelota profesional, las carreras de caballos, carreras de autos, arenas de lucha, patinaderos de patinaje, cines o auto-cinemas, boleras e ir a nadar donde los hombres y las mujeres usan la misma área para bañarse es dar entrada u oportunidad al diablo en su vida. 

Siempre diezme de sus ingresos a la tesorería de la iglesia. Dé ofrendas voluntarias aparte de sus diezmos. 

Los miembros jóvenes no deberán andar o asociarse demasiado íntimamente con los mundanos. 

Debido al constante aumento en los hogares deshechos, separaciones, divorcios, y re-casamientos, se deberá ejercer mucho cuidado, orar con mucha diligencia y dar seria consideración al asunto del matrimonio.

Un miembro femenino que tenga a su compañero vivo no deberá casarse con otro bajo ninguna circunstancia, aunque sea divorciado. Tampoco un miembro masculino deberá casarse con una mujer que tenga su compañero vivo aunque tal persona sea divorciada.   

Los niños son la herencia del Señor. Aquéllos quienes tienen hijos son responsables de enseñarles a una edad temprana a reverenciar la casa de Dios. Esto se debe hacer por medio de dar un buen ejemplo delante de ellos e instruirles con un buen espíritu para que sientan un fuerte deseo de servir a Dios. Los Ministros deben cumplir con todos los requisitos siendo de ejemplo a los miembros por medio de mantener a sus hijos bajo un control razonable en todo tiempo, para evitar que corran en la casa de Dios, especialmente cuando los servicios están en progreso. 

La Luz Vespertina es una parte muy importante de La Iglesia de Dios. Cada miembro debe leerla regularmente y su interés en dar a conocer la Iglesia deberá ser muy grande que cuando haya terminado de leer su copia, se la pase a otra persona. A todo miembro que le sea posible, deberá suscribirse y se le solicita a todo ministro que se suscriba y “pague” su subscripción y sea un obrero diligente en pro de la revista de nuestra iglesia  – La Luz Vespertina. 

Estamos en los postreros días, y vendrán tiempos peligrosos; así que, se requerirá mucha vigilancia y una vida de humilde dedicación a la oración de su parte, a fin de vivir y actuar de tal manera que nunca le traiga reproche al excelso nombre de Cristo y Su Iglesia que usted ama mucho. 

Nunca forme una amistad demasiado íntima con el sexo opuesto, aunque sean hermanos y hermanas en el Señor. No le dé oportunidad al adversario. Absténgase de toda especie de mal. 

Estas buenas instrucciones y consejos son dados por los que velan por vuestras almas, como aquellos que han de dar cuenta (Hebreos 13:17), y se espera que sean recibidos con el mismo espíritu de mansedumbre y gentileza en que ellos son dados. 

La siguiente porción de los consejos a los miembros fue adoptada en la 83ra Asamblea General en 1988:

Razonamiento: En la 74ta Asamblea General, el Supervisor General habló acerca de un problema en existencia con relación a los “Consejos a los Miembros”; así que, en una sección dedicada a este tema dijo: “Durante muchos años nuestras Minutas de Asamblea han contenido una sección titulada: ‘Consejos a los Miembros’. Estas instrucciones fueron preparadas con el propósito de proveer asesoramiento a los miembros de la Iglesia para ayudarles a pelear la buena batalla de la fe. De vez en cuando, escuchamos personas que asumen actitudes legalistas en relación a los  Consejos a los Miembros, dando a entender que las cosas que se mencionan en estos consejos son mandamientos. La manifestación de tales actitudes usualmente hace más mal que bien. Un Espíritu de gentileza en nuestras enseñanzas será de más efectividad que los intentos de imponer como normas aquellas cosas que han sido recomendadas como consejos…Quizás debemos examinar con más detenimiento esta sección de nuestras Minutas de Asamblea, y el espíritu con el cual fue dada” (74ta MA, 1979, Pág. 41 en Inglés).

A pesar de la advertencia del Supervisor General, muchos continuaron mostrando un enfoque áspero y censurador en la presentación de los Consejos a los Miembros. La santidad no se puede caracterizar como el vivir en conformidad a una lista de prohibiciones. La verdadera santidad manifiesta una naturaleza a la semejanza de Cristo en palabras y en hechos, y controla cada área de nuestras vidas, externa e internamente.

Para aquellos que siguen un Dios santo, los principios de la santidad en el Nuevo Testamento rechazan claramente una conducta tales como ver películas pornográficas, leer literatura sexualmente explícita, apostar, falsos testimonios, abusos de menores, maltrato físico de las esposas, y cualquier otra conducta impropia. Basado en el aspecto positivo, un pueblo santo también es diligente en perfeccionar la santificación en temor de Dios.

En los Consejos a los Miembros es casi imposible hacer una lista de todas las cosas que deben ser aprobadas o desaprobadas para todas las gentes de todas las culturas, bajo todas las circunstancias, y para todos los tiempos. Evidentemente, los principios de la santidad en el Nuevo Testamento son de todas maneras superiores y tienen más demanda que cualquier lista que la Asamblea General pudiera trazar.

Resolución: Los Consejos a los Miembros tienen su fundamento en el Nuevo Testamento. Allí aparecen claramente las pautas para la conducta apropiada del cristiano en cada situación. Toda cuestión de ética personal de la vida cristiana deberá ser regida por los siguientes principios: (1) En todo “…os ruego que andéis como es digno de la vocación con que sois llamados” (Efesios 4:1), evitando cualquier comportamiento en sí mismos el cual vaya a traer reproche sobre el nombre de Jesús. (2) “Apartémonos de toda especie de mal” (1 Tesalonicenses 5:22; Romanos 12:9; 1 Timoteo 5:14; 1 Pedro 3:11). (3) En palabras o hechos, “ni deis lugar al diablo” (Efesios 4:27). (4) “Si pues coméis, ó bebéis, ó hacéis otra cosa, hacedlo todo á gloria de Dios” (1 Corintios 10:31). (5) En cuestiones de la conciencia, evitemos ofender a otras personas quienes podrían tropezar por motivo de nuestra conducta (Mateo 18:7; Marcos 9:42; Romanos 14:21; 1 Corintios 8:13, 10:32; 2 Corintios 6:3). (6) Debemos mantener una conciencia limpia delante de Dios, sin violar nuestras propias convicciones con respecto a cualquier asunto (Romanos 13:5; 14:22,23; 1 Corintios 8:7). (7) No debemos juzgarnos los unos a los otros en cuestiones de convicción personal no esenciales (Romanos 14:1-5, 19). (8) Debemos mantener un estilo de vida moderado que refleje el carácter interno de un espíritu manso y apacible (Romanos 12:1,2; 1 Corintios 9:25; Gálatas 5:22,23; 1 Timoteo 2:9, 10; 1 Pedro 3:3,4; 1 Juan 2:15, 16). (9) Por medio de nuestro comportamiento debemos adornar en todo la doctrina de nuestro Salvador Dios (Tito 2:1-10). (10) Debemos proseguir perfeccionando la santificación en temor de Dios por medio de limpiarnos de toda inmundicia de carne y de espíritu (2 Corintios 7:1).

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