Un Estandarte Desplegado Por La Verdad
La Bandera de Todas las Naciones

“Has dado á los que te temen bandera Que alcen por la verdad. Selah” (Sal. 60:4).
Desde tiempos remotos, las personas han desplegado banderas y otros objetos para mostrar su nacionalidad o sus lealtades [lealtad y devoción]. Una bandera es un trozo de tela o banderín, a menudo sujeto a un asta, con colores, patrones y símbolos definidos, que se utiliza como símbolo nacional o estatal, o para indicar la pertenencia a una organización; para señalar; como estandarte; pendón; insignia (Diccionario Webster del Nuevo Mundo). El término “pendón” tiene una doble definición. Bíblicamente, es, ante todo, una bandera que representa a un pueblo o nación específicos. Sin embargo, en segundo lugar, significa un conjunto de principios. Isaías habló de alzad “… pendón á los pueblos” (Is. 62:10), que en el contexto de Bandera de la Verdad, significa la Bandera de la Iglesia, y la doctrina de la Iglesia, el estandarte de la verdad. El término “insignia” tiene varios significados y, en el contexto adecuado, significa bandera. Estandarte siempre se usa en el contexto de una bandera. La verdad está siempre asociada con Dios. Uno de los nombres de Dios es Jehová-nissi, el Señor es mi estandarte, lo que convierte a la bandera de La Iglesia de Dios en el verdadero Estandarte de la verdad.
Una Breve historia de la Bandera de la Iglesia
En su Mensaje anual ante la Vigésima Octava Asamblea Anual, A. J. Tomlinson se explayó sobre el tema de la bandera de la Iglesia. La siguiente cita es un extracto de las Minutas de esa Asamblea del informe del Comité de Asuntos y Preguntas: “Tras considerar la sección del mensaje del Supervisor General que se refiere a la bandera de la Iglesia, coincidimos con la opinión expresada por el Supervisor General sobre la adopción de una bandera para la Iglesia de Dios que sea apropiada para todas las naciones”.
En su libro A. J. Tomlinson, Lillie Duggar escribió que la adopción de la bandera fue aceptada unánimemente por la Asamblea General. Continúa afirmando que, tras la aceptación, y mientras el Supervisor General daba información sobre la bandera, se escucharon mensajes en lenguas e interpretaciones, así como manifestaciones del poderoso Espíritu Santo presente.
En 1993, la Iglesia experimentó una ruptura que resultó en su reorganización. La organización anterior continuó como la Iglesia de Dios de la Profecía y la Iglesia reorganizada como La Iglesia de Dios. Ambos grupos sentían que la bandera les pertenecía. El uso de la misma bandera por parte de ambos grupos resultó en litigios judiciales. Un panel de jueces determinó que la bandera era propiedad de la organización anterior, y que La Iglesia de Dios no tenía derecho a su uso.
Poco después de finalizar los procedimientos legales, se nombró un comité de la bandera. Todos los miembros de la Iglesia tuvieron la oportunidad de presentar un diseño para su consideración. A. J. Tomlinson dijo una vez concerniente a la bandera: “Si se encuentra un diseño mejor o más apropiado, me resultará satisfactorio”. Se presentó un diseño a la nonagésima quinta Asamblea Anual, pero no obtuvo un acuerdo unánime. Sin embargo, la Asamblea acordó retirar la bandera anterior. En la siguiente Asamblea, el Comité de Asuntos y Preguntas presentó otro diseño de bandera, que recibió un acuerdo unánime tras una poderosa acción del Espíritu Santo, quien lo aprobó.

Explicación del Diseño
Cada uno de los colores y símbolos que se exhiben en la bandera de la Iglesia es significativo. El rojo de la bandera representa la sangre de nuestro Salvador; el azul representa la verdad; y el blanco, la pureza. El púrpura del cetro, la estrella y la corona representa la realeza o majestad. Las franjas blancas y el óvalo declaran la pureza de Cristo; y también representan la meta de una Iglesia pura y perfecta como Su Esposa. Las franjas azules, que forman un cuadrado con aberturas en la parte superior e inferior, representan el redil, o la Iglesia, que es “columna y apoyo de la verdad…” (1 Ti. 3:15). Algunos pasajes bíblicos para estudiar son Génesis 49:10, Números 24:17, Salmos 45:6, Mateo 2:2, 10, Apocalipsis 22:16, Isaías 5:26, Isaías 49:22 e Isaías 28:5.
La Promesa a la Bandera
“Prometo lealtad a la bandera de nuestra Iglesia y a la doctrina que sostiene: un Dios, una fe, una mente y una Iglesia para todos. Amén”.
Conclusión
Ondeamos y exhibimos con orgullo la bandera que Dios ha dado a la Iglesia; no con vano orgullo, sino con una actitud de adoración, para tener el privilegio de representar a Aquel que murió por nosotros para nuestra salvación. Se recomienda que todos los miembros de la Iglesia exhiban la bandera en sus hogares y automóviles. Esto nos da la oportunidad de testificar a quienes nos preguntan.















